a) Si la vecina está buena:
--- Como necesitarías una cámara para registrar cada articulación y se entiende que no disponemos de tantas, lo mejor es pedirle a la vecina que nos enseñe a bailar para que esos movimientos los tengamos bien grabados en el occipucio y luego podamos animar a nuestro personaje, (claro está que ya no hablamos de captura). Nosotros, amablemente, invitaremos a cenar a la susodicha pagandole todo lo que consuma, en agradecimiento al tiempo dedicado para enseñarnos el baile. Después de eso, trataremos de potenciar el consumo de bebidas alcohólicas para después, y siempre de buenas maneras, nos meteremos en el papel de galán seductor, haciendo referencia a las virtudes físicas o mentales con que la Madre Naturaleza haya obsequiado a nuestra diva. Si en dicha estrategia se extraen resultados satisfactorios, ofreceremos desinteresadamente nuestro humilde habitáculo para que nuestra vecina pueda pasar una confortable noche en nuestra compañía, no sin antes haber tanteado la disponibilidad sexual de la dama.
b)Si la vecina es fea
--- Vamos a su casa y la atamos firmemente en algún lugar del que no pueda escapar valiéndonos de la excusa de que los métodos de captura de movimiento han evolucionado radicalmente en las últimas horas. Después tiramos "accidentalmente" una cerilla encendida en algún lugar de la casa fácilmente inflamable y nos damos a la huida. Pasado un tiempo, es probable que la nueva persona que venga a habitar el lugar sea una tía buena. De no ser así, se repite este proceso hasta conseguirlo.
Como veís, hay soluciones para todo.