¡Bueno, ya he vuelto! Una chulada de viaje, la verdad, aunque estoy seguro de que me he dejado las cosas más chulas por ver. En fin, la próxima vez quizás.
No pudimos alquilar el coche debido a un problema con la tarjeta (que era de débito y no de crédito), y viendo lo carísimo que es el transporte nos habría salido casi rentable. Para que os hagáis una idea, un billete de autobús de ida y vuelta desde Montreal a Toronto nos salió por 215 $.Tuve tiempo de ver a conciencia Montreal, Ottawa y Toronto, y también algún pueblecillo y las Cataratas del Niágara.
En Toronto pude citarme con Alan, que me cayó la mar de bien (no es un cumplido). Tomamos café en un Starbucks, vimos Wall E (sensacional) y comimos hasta hartarnos en un japonés. Pude interrogarle sobre su trabajo, sobre el 3d en Canadá y sobre sus enrevesados rigs. También perdí el paraguas que me prestó amablemente...
La gente me pareció muy simpática. Como nos movimos por albergues, tuve oportunidad de conocer a bastante y me he vuelto a casa con algunas direcciones de messenger, aunque con lo poco que lo vengo usando en los últimos tiempos no sé si me servirán de mucho. Hablé mucho inglés y ahora tengo bastante confianza en ese aspecto. Creo que me he podido desenvolver sobradamente, entendiendo a la gente sin demasiada dificultad y hablando con soltura y (según me han dicho) buena pronunciación.
Como mi hermana se queda otras dos semanas, le he dejado la cámara de fotos, así que no podré subir ninguna hasta que vuelva. Tengo un par en las que salgo con Alan.
En fin, es un viaje que os recomiendo. Canadá me ha parecido un sitio muy amigable, y las ciudades son increíblemente limpias. Muchos parques, mucho verde y nada de contaminación. Ahora veo Madrid y se me hace aún más evidente lo sucia y fea que es la condenada, aunque tiene sus encantos.