Me alegra de que hayas reflexionado sobre ello (chiste inside).
Este finde he estado viendo armaduras en un museo de Glasgow y me he acordado de ti y de lo que te has documentado. Efectivamente, las armaduras de los ricachones estaban adornadas con florituras y tallados laboriosos (como si eso les fuera a proteger de la batalla, jaja).
Las armaduras de los soldados más pobres llevaban un acabado 'straigh from the hammer', osea, directo del martillo del herrero, que como no se molestaba en pulir sus martillazos, las armaduras lucían la rugosidad propia de los golpes al fabricarlas.
Por esta regla de 3 quizás hubiera una armadura de clase media que aunque no llevaba adornos, al menos sí se pagaba al herrero para que puliese las superficies