países como Alemania o Francia han hecho cosas, y por ejemplo, alemania tiene un indice de paro del 6 u 8%, mientras que aquí es del 21%, el mas alto de toda nuestra historia y el mas alto de toda Europa
Buf... así es como yo lo veo y quien tenga paciencia para leerse este tocho que haga el favor de decirme si me equivoco, que sería la cosa más normal del mundo...
España ha sido la 8ª potencia mundial. Ha tenido calificaciones de AAA por todas las agencias de rating y nuestro Ibex35 ha llegado a estar más allá de los 16.000 puntos en 2008.
El por qué de todo esto fue gracias al boom inmobiliario.
No solo permitió que unos 2 millones de personas trabajaran directa o indirectamente de ese negocio, sino que se concedían hipotecas basura, permitiendo el movimiento de masas ingentes de dinero y generando así confianza en los mercados (el dinero atrae el dinero)
Ese boom fue desmesurado e insostenible. ¿Recordáis la polémica obra del David Cerny en el Consejo de Bruselas, donde se ridiculizaba Europa?
España estaba representada por todo el territorio cubierto de cemento y un camión hormigonera
http://3.bp.blogspot.com/_8o6Xf0rzbbc/Sdvcq0SmxzI/AAAAAAAABQk/XhUdBafGA0g/s400/Espa%C3%B1a+seg%C3%BAn+David+Cerny.jpgAsí se nos veía afuera en ese momento porque no pasaba desapercibido el afán de construcción y especulación que hemos tenido durante casi toda la legislatura Aznar y posteriormente la de Zapatero, que no hacía otra cosa que crecer cada vez más -de ahí que se le llame 'burbuja'-
Recuerdo algún primo mío que no quería estudiar y 'se reía' de mí cuando me decía que sin apenas preparación, trabajando de peón en la obra, ganaba más que yo, que me había pasado más años estudiando.
Muchos como él vieron trabajo bien pagado y se lanzaron a la piscina creyendo que esa situación sería eterna.
Mientras, países que ejemplificas como Alemania o Francia, lejos de crecer tanto en tan poco tiempo como nosotros, apenas aprovecharon ese boom inmobiliario para centrarse en desarrollar otros modelos de negocio como el I+D+i, mientras que en las universidades se preparaban ingenieros y científicos.
Bueeeno... pues un buen día estalla la burbuja.
Por razones que no vienen a cuento, en Estados Unidos las cosas se tuercen, Lehman Brothers se declara en bancarrota, cunde el pánico en las bolsas del mundo entero y como resultado, la gallina de los huevos de oro se muere.
En este nuevo panorama, (ojo a esta cadena), los bancos dejan de conceder crédito > la gente no puede comprar casas > si nadie compra, tampoco se puede vender > si no se venden, no hace falta construir más.
Muchas obras quedan paralizadas (seguro que en vuestro barrio también quedó un edificio o una urbanización entera medio en obras) y las empresas relacionadas empiezan a despedir al personal. El paro empieza a aumentar después de años bajando.
En una economía tan globalizada y con negocios interconectados, si la principal base económica se hunde, el resto de sectores se ven afectados como un castillo de naipes que se derrumba por haber quitado solo una carta.
España deja de ser un Edén financiero, la prima de riesgo empieza a subir y los inversores, que dan credibilidad a los bancos, los cuales conceden préstamos a las pymes que generan empleo, desconfían de nuestra economía porque ven que el dinero que ponen en ella tiene riesgo de no ser devuelto.
Todo esto da como resultado un aumento del paro brutal mientras que en otros países, pese a que también han sufrido, consiguen salir a flote mucho antes. ¿Por qué? ¿Por qué ellos sí y nosotros no? Pues porque no estamos hablando del mismo modelo de negocio: el nuestro se estrelló y ahora nos lo comemos con patatas.
Ahora en vísperas de elecciones generales nos ponemos a reflexionar sobre la actuación de nuestros políticos. Con millones de parados, gente que emigra, chavales de 25 años que no ven un futuro, recortes por doquier y viviendas que compramos por 60 millones y que ahora tenemos que vender por 45, percibimos que la situación está fatal y que no lo han podido hacer peor, teniendo en cuenta lo bien que están en Francia, UK o Alemania.
Pues sí señores; nuestros políticos lo han hecho fatal... pero lo han hecho mal aquéllos que no supieron frenar el frenesí especulador cuando se estaba a tiempo.
Aquéllos que se daban palmaditas en las espaldas diciendo lo de 'Spaña va bien' porque el paro bajaba mientras que ignoraban que miles de jóvenes dejaban los estudios para trabajar de paleta y comprarse el BMW mientras más allá de los Pirineos empezaba a haber gente cada vez más preparada y con un trabajo asegurado al terminar la carrera.
Lo hicieron muy mal los que ignoraron cómo los bancos, avariciosamente, concedían hipotecas a quien difícilmente íba a poder pagar si la situación cambiaba.
Lo que está haciendo el gobierno ahora es lidiar con lo que tiene (torpeza e improvisación), con una crisis que no es otra cosa que las consecuencias del bienestar virtual, irreal e inmerecido que tuvimos antaño.
Históricamente, España nunca ha sido un país que despuntara del resto por su riqueza (hablo de la Revolución Industrial hasta ahora). No destacamos por nuestra tecnología militar, nuestras aportaciones radicales a las telecomunicaciones, o nuestra innovación en el desarrollo de procesos productivos competentes.
Somos un país de pandereta que se subió al primer tren que pasara que nos hiciera avanzar, pero ahora nos toca ir a pie y volvemos a ser lo que éramos antes de subir a ese tren.
Es como esa chica rubia que conocimos este verano, que estaba tan buena que nos hizo creer que somos atractivos y ahora que es otoño y ella no está, volvemos a la realidad y nos entra la pataleta.
Entonces, lo que sería interesante juzgar antes de votar no es cómo se está librando esta batalla con la crisis, sino qué irresponsable nos metió de cabeza en ella y qué incompetente cogió después el relevo pata acabar de meternos en ese zarzal en vez de sacarnos.